Actualmente los investigadores de la Historia cuentan con herramientas
tecnológicas que les permiten ahorrar tiempo y esfuerzo tanto en la elaboración
como en la difusión de su trabajo. Estas herramientas estimulan la
participación de personas que desean compartir inquietudes o realizar aportes
sobre un tema específico. Resulta interesante observar cómo a través de un
portal web, se logra construir toda una plataforma informativa perfectamente
estructurada, que se va generando con el intercambio de opiniones entre colegas
y estudiosos. Las redes sociales facilitan este proceso, pero en realidad es a
través de páginas más especializadas, tipo “blog” que se logra compartir el
marco teórico de la investigación.
Los blogs resultan de gran valor, ya que contribuyen a la
formación de investigadores además permiten el intercambio de información en
tiempo real, entre usuarios geográficamente distantes. Muchos profesores y
estudiantes utilizan esta valiosa herramienta, buscando una manera más efectiva
de obtener asesoría en actividades académicas de rutina.
Los métodos tradicionales obligaban al investigador
a invertir mucho tiempo en la elaboración de artículos o monografías, que
además debían imprimir en varios ejemplares para su revisión y posterior
publicación, esto implicaba mayor costo. Ahora algunas universidades,
bibliotecas y museos, con la participación de investigadores profesionales, han
cargado en la web, exhibiciones sobre diversos temas, obteniendo aportes de
gran valor por parte de usuarios o visitantes que ofrecen documentos,
fotografías u otro tipo de evidencia heredada, que permita analizar y
comprender los hechos del pasado. Conviene señalar
que el uso de estos sitios web, también facilitan el enlace con entidades
interesadas en subsidiar la ejecución de proyectos de investigación que
respondan a un interés en especial.
A través de las herramientas que ofrece la web se
pueden generar contenidos electrónicos libre de las restricciones habituales
que generalmente amerita la publicación de libros. A pesar de esto, Carl Smith
señala que: como un libro y, a diferencia de un museo, un sitio web es un
espacio al que las personas pueden regresar a la frecuencia y en cualquier
momento que lo deseen, de modo que no tienen que preocuparse de ver todo en una
sola visita. Y si quieren una copia en papel de una sección, tienen la opción
de imprimirlo. Por lo tanto, Internet abre unas perspectivas para la
presentación de información e ideas de una manera única y valiosa, que
complementa y no sustituye otras formas.
En esta época de avances tecnológicos ninguna
profesión debe conformarse con lo que ya ha logrado, por el contrario, debe
asumir con responsabilidad el compromiso de renovarse mediante su incorporación
a los medios digitales que permiten el acceso y la difusión de información. Y
corresponde a los historiadores velar porque la información que se publique no
esté marcada por vicios, es decir, que no haya sido manipulada para favorecer
élites de poder. Sino que toda publicación de Historia en la web sea confiable,
haciendo las referencias a las fuentes primarias indispensables para que sea
analizada como un hecho real y no como una alucinación o fantasía. Con el
compromiso de los historiadores, sí se puede lograr la construcción y
ampliación de las redes para difusión de la “historia seria” que describe Carl
Smith en http://www.historians.org/perspectives/issues/1998/9802/9802COM.CFM como un complemento de gran
valor a las bibliotecas y como un recurso de fácil acceso para cualquier persona interesada en
conocer y analizar la Historia.
Excelente Alexis, me subiste la moral.
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