viernes, 24 de mayo de 2013

¿Puede hacerse historia seria en la Web?


     Actualmente los investigadores de la Historia cuentan con herramientas tecnológicas que les permiten ahorrar tiempo y esfuerzo tanto en la elaboración como en la difusión de su trabajo. Estas herramientas estimulan la participación de personas que desean compartir inquietudes o realizar aportes sobre un tema específico. Resulta interesante observar cómo a través de un portal web, se logra construir toda una plataforma informativa perfectamente estructurada, que se va generando con el intercambio de opiniones entre colegas y estudiosos. Las redes sociales facilitan este proceso, pero en realidad es a través de páginas más especializadas, tipo “blog” que se logra compartir el marco teórico de la investigación.

Los blogs resultan de gran valor, ya que contribuyen a la formación de investigadores además permiten el intercambio de información en tiempo real, entre usuarios geográficamente distantes. Muchos profesores y estudiantes utilizan esta valiosa herramienta, buscando una manera más efectiva de obtener asesoría en actividades académicas de rutina.

Los métodos tradicionales obligaban al investigador a invertir mucho tiempo en la elaboración de artículos o monografías, que además debían imprimir en varios ejemplares para su revisión y posterior publicación, esto implicaba mayor costo. Ahora algunas universidades, bibliotecas y museos, con la participación de investigadores profesionales, han cargado en la web, exhibiciones sobre diversos temas, obteniendo aportes de gran valor por parte de usuarios o visitantes que ofrecen documentos, fotografías u otro tipo de evidencia heredada, que permita analizar y comprender los hechos del pasado. Conviene señalar que el uso de estos sitios web, también facilitan el enlace con entidades interesadas en subsidiar la ejecución de proyectos de investigación que respondan a un interés en especial.

     A través de las herramientas que ofrece la web se pueden generar contenidos electrónicos libre de las restricciones habituales que generalmente amerita la publicación de libros. A pesar de esto, Carl Smith señala que: como un libro y, a diferencia de un museo, un sitio web es un espacio al que las personas pueden regresar a la frecuencia y en cualquier momento que lo deseen, de modo que no tienen que preocuparse de ver todo en una sola visita. Y si quieren una copia en papel de una sección, tienen la opción de imprimirlo. Por lo tanto, Internet abre unas perspectivas para la presentación de información e ideas de una manera única y valiosa, que complementa y no sustituye otras formas.

      En esta época de avances tecnológicos ninguna profesión debe conformarse con lo que ya ha logrado, por el contrario, debe asumir con responsabilidad el compromiso de renovarse mediante su incorporación a los medios digitales que permiten el acceso y la difusión de información. Y corresponde a los historiadores velar porque la información que se publique no esté marcada por vicios, es decir, que no haya sido manipulada para favorecer élites de poder. Sino que toda publicación de Historia en la web sea confiable, haciendo las referencias a las fuentes primarias indispensables para que sea analizada como un hecho real y no como una alucinación o fantasía. Con el compromiso de los historiadores, sí se puede lograr la construcción y ampliación de las redes para difusión de la “historia seria” que describe Carl Smith en http://www.historians.org/perspectives/issues/1998/9802/9802COM.CFM como un complemento de gran valor a las bibliotecas y como un recurso de fácil acceso para cualquier persona interesada en conocer y analizar la Historia.

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